La homeopatía es autocuración. Cuando una persona toma un remedio homeopático, es la energía de su propio cuerpo la que hace el trabajo, no un fármaco que impone ciertos cambios químicos en la bioquímica del cuerpo. Un remedio homeopático funciona proporcionando al cuerpo de energía una oportunidad para volver a tener un estado de armonía y curarse a si mismo. Esto significa que el proceso hacia la autocuración tiene un ritmo propio y se desarrolla según la situación y trayectoria únicas de cada individuo.

Esta medicina nos permite deshacernos de los bloqueos emocionales. El remedio homeopático adecuado es capaz de modificar formas enfermizas, liberando espacio para una nueva experiencia de nosotros mismos, permitiéndonos descubrir lo que ya está ahí, nuestro verdadero potencial. La energía del remedio estimula al individuo de manera que lo ayude a encontrar una gama de posibilidades para llevar una calidad de vida.

Los remedios homeopáticos pueden aliviar los estados emocionales negativos, o bien ayudarnos a aprender de las situaciones difíciles y modificarlas, contemplando las cosas desde una perspectiva diferente a la que utilizamos habitualmente, pesimista o alterada.

Los remedios tienen un efecto dinámico en el cuerpo de energía, (gracias a este se pueden manifestar sus funciones), deshaciendo nudos del campo de energía, permitiendo que esta vuelva a fluir libremente.

Los remedios homeopáticos pueden modificar nuestra percepción de la situación y nos permiten tener una mayor sensación de libertad, aun si no nos es posible cambiar las circunstancias prácticas de nuestra vida.

Por ser efectiva, suave y sin efectos colaterales es ideal durante el embarazo, recién nacidos, personas de la 3era edad y alérgicos, incluso para personas que toman medicamentos de por vida.

La homeopatía se distingue por ofrecer remedios que puedan tratar formas traumáticas que se transmiten de generación en generación.

Los cambios que provoca la homeopatía no son predecibles, porque dependen de las complejidades de la situación de cada persona.

Ayuda a los niños a descartar la herencia de los problemas de sus padres y participar intensamente en su propia vida.

Cada remedio se prepara especialmente para trabajar con el cuerpo de energía, (cuerpo dinámico)

La manera de enfermar no tiene una única causa, todas ellas presentan factores determinantes y aspectos de tipo hereditario, espiritual, emocional, físico y procedente del entorno. En particular, la enfermedad viene determinada por el modo en que la persona maneja una multitud de diferentes experiencias y estímulos. Para curarse de verdad, es necesario prestar atención a todos los aspectos del ser.

Utilizando medicina holística como esta, nos da un ritmo de respuesta y progreso a cada persona de distinta manera, de modo que en cada caso la duración del tratamiento puede ser diferente y su trayectoria puede ser única. En ocasiones la respuesta es impresionante y aparece instantáneamente, mientras que otras veces parece más irregular, o incluso imperceptible, percibiéndose solo cuando miramos de atrás a posteriori.

Cuando nos quedamos estancados en una determinada postura o actitud ante la vida, la energía que normalmente fluye con libertad a través del cuerpo se bloquea o queda estática en diferentes zonas. Las enfermedades pueden ser una manifestación concreta de dicho estancamiento

La capacidad para enfermar es en gran parte hereditaria, por lo que la mayoría de los síntomas físicos y psicológicos, son el resultado de estrategias compensatorias que elaboramos para resolver sentimientos difíciles tales como ansiedad, tensión, impresiones fuertes, desilusiones y pérdidas.